domingo, 12 de agosto de 2018

Y casi no llegamos… pero la encontramos: La Cascada Salto Del Oro


Y seguimos con lugares por explorar en Ecuador y la siguiente aventura fue llegar a la Cascada El Salto Del Oro.

La cascada El Salto Del Oro está ubicada en la frontera del cantón de Pedro Carbo y el cantón Paján, ingresando por el pueblo Jerusalén. Desde el terminal de Guayaquil, se puede coger un bus que vaya a Pedro Carbo y se indica que se va a ir a la Cascada, para que lo dejen en la parte cercana donde se coge otro pequeño bus que va hacia Jerusalén (con un costo de $0,75), así mismo al conductor se le indica que se desea ir hacia la Cascada, pues de Jerusalén hay un pequeño tramo más que agradecerás no caminar, este bus nos dejó justamente al pie del letrero de la Cascada que indica que son 6 kilómetros hasta llegar al Salto del Oro, muchos indican que son 2 horas y media, sin embargo este sería el tiempo si conoces el camino, de no conocerlo es muchísimo más ya que uno se hecha varias perdidas, como las que tuvimos nosotros.

 Luego de mi experiencia en este viaje, debo decirles que es preferible salir muy temprano en la mañana, apenas amanezca, y de ser posible contratar un guía nativo (Aunque cuando llegué no encontré a nadie que quiera ir como guía), y en realidad la mejor opción es ir o alquilar una camioneta doble cabina (Debo indicar que tampoco vi que alquilaran, pero sería bueno preguntar) para que te lleve hacia la Cascada, puesto que sino pierdes demasiado tiempo ya que el camino no está señalizado, (ya que no es un destino turístico como tal) además que en su camino se atraviesan varias propiedades privadas.

Si se deciden por ir caminando, les dejo pistas del camino: Primero estará este camino de Y, avanzar recto, luego encontrarán una cerca de madera, deben abrirla y continuar, y más adelante habrá una casa y probablemente vean el camión que vimos nosotros, (Aquí estarán a unos 30-40 minutos).

Es importante llevar alimentos, agua, repelente y bloqueador, ya que en el camino no hay nada para comprar o abastecerse.

Luego de caminar por más de 4 horas, ya agotados, fue como una luz el ver el segundo y último letrero, que los campesinos del lugar nos decían que debíamos encontrar.
Nos sentimos tan emocionados y enojados al mismo tiempo por todo lo caminado, y nos dispusimos a bajar hacia la misma, y debo decirlo: Fue ¡Otra odisea! Bajar hacia la Cascada, ya que es un camino improvisado, y un poco peligroso ya que puedes rodar por ahí, sino vas con paso firme y despacio. Para ese momento ya escuchábamos el sonido de la cascada.

Hasta que al fin, la vimos, si, la Cascada una profundidad de 50 m y una altura que oscila entre los 15 metros según mis cálculos.
La contemplamos, la ves pequeña pero guarda algo especial no sé si la palabra es mágica, pero es un sitio que te invita a quedarte ahí, por cierto también se hace camping. Nosotros nos encontramos con otros turistas que ya llevaban un día acampando ahí, y nos contaron que se perdieron al igual que nosotros y caminaron durante 4 horas hasta llegar.

Nos zambullimos ahí, estaba un poco fría pero valía la pena. El agua es limpia e incluso hasta llenamos nuestras botellas con la misma.

No pudimos quedarnos por mucho tiempo, pues teníamos otros más de 6K que recorrer de regreso, y con el tiempo encima, pues la noche nos iba a coger a medio camino, y así fue. El retorno fue mortal, llegamos caminando al pueblo de Jerusalem alrededor de las 19:00 y conseguimos que una familia de ahí nos alquile su camioneta y nos lleve de regreso a Pedro Carbo, donde tomamos el bus hacia mi querido Guayaquil.
Debo recalcar que definitivamente es un lugar dirigido a los eco-turitas y aventureros, así que si esta es tu clase de aventura, debes vivirla !!!

domingo, 10 de junio de 2018

Zaruma, historia hecha ciudad


Zaruma llamada “La Sultana de El Oro”, es una ciudad perteneciente a esta provincia y es un lugar lleno de historia, con mucha naturaleza y un clima delicioso (parte costa, parte sierra), sin olvidar que cuenta con una gastronomía exquisita. Actualmente está en la lista para ser declarada Patrimonio Cultural de la Humanidad.



La verdad debo confesar que no pensé que íbamos a poder hacer tantas actividades, pero resulta que tiene muchas cosas para hacer y visitar. Nos enrumbamos tomando la cooperativa TAC en el terminal de Guayaquil, cuyo costo es de unos $8, y unas 5 horas aproximadamente hasta allá


Entre las múltiples actividades es imprescindible visitar la Mina Turística “El Sexmo”, el recorrido es gratuito e incluye el equipo de seguridad como botas y casco, antes de ingresar, se debe ver un documental que habla sobre la actividad minera. La mina es de aproximadamente 500 metros, y a la salida debes dar una vuelta para comprar las piedras semipreciosas en las tiendas de artesanías con precios más que económicos.
En esta ciudad también hay taxis camionetas, nosotros pedimos una 4X4 para ascender al Mirador “Cerro El Calvario”, donde está una cruz. El lugar que es bien empinado, ofrece una vista maravillosa de Zaruma y sus alrededores, nos quedamos apreciando el paisaje que poco a poco se iba nublando.





























En la primera noche fuimos a pasear por el centro histórico, donde destaca la Iglesia del Santuario de la Virgen del Carmen, el parque (donde no puede faltar la respectiva foto con las letras), y a su alrededor lugares para comer y tomar algo, con el inconfundible olor a café que hay en el lugar.


Además del café, el tigrillo es riquísimo, los tamales, el bolón con maní, el repe (sopa de guineo verde, leche y queso), y es que para comer hay de todo, y muchos lugares con precios para todos los gustos.

En nuestro recorrido, tuvimos la oportunidad de ir a una caminata turística gratuita organizada por el Municipio de Zaruma, para visitar la Cascada Huayquichuma en Huertas, desde donde comenzamos la caminata, unos 8K sólo de ida, y pues, después de los 6K, la chiva ya nos iba recogiendo a los que íbamos disminuyendo la velocidad, hasta que terminamos todos en el carro, con todas las ganas de llegar a la cascada. Para llegar a la misma, debes subir unas escaleras (decían que son como 400 pero creo que son mucho menos) aquí abajo hay una pequeña cabaña con todas las comodidades modernas como servicios higiénicos, e incluso una especie de cocina. 

Cuando llegas te quedas maravillado por la fuerza que desborda la cascada que tiene una caída de agua de 80 metros, tanto que tan sólo parándote para tomarte la foto quedas empapado, el agua estaba helada sin embargo eso no nos detuvo para sacarnos los zapatos (dado que no llevé otro par), y adentrarnos en el chorro, nos tomamos foto, y salimos nuevamente en la chiva de regreso para Zaruma.  

También se puede visitar el Museo Municipal, que tiene recoge la historia cultural y ancestral de la ciudad, quizás si no conoces del lugar es una buena idea que sea la primera parada, pues podrás conseguir un mapa que te indica innumerables lugares cercanos que visitar.

Compramos dulces en la dulcería de “Doña Cleme”, quien es una amable señora que realiza dulces todos los días, como manjar de leche, biscochos, dulces con panela y maní, en fin innumerable variedad.

https://youtu.be/uvr59zdllWg
Pero debo decir que la visita que más me gustó, fue la del ingenio que procesa el oro, así es, tuve el privilegio de asistir y de ver cómo se obtiene el metal precioso por excelencia. Todo se procesa en las chancadoras que muele el material (piedras con cuarzo y oro) con la tierra, mientras más fina es la trituración del cuarzo, se recupera más oro; ese líquido que parece cemento cae dentro de unas canaletas inclinadas, mediante una corriente continua de agua; dentro de las canaletas hay bayetas (una especie de alfombra) que absorben la arena y el agua se evacúa por los drenajes. Luego se saca las bayetas y se las exprime en cajones, donde se solidifica la arena, esta se traslada a unos depósitos donde se mezcla con el azogue (similar al mercurio) que atrapa al oro en pelotitas, estas se calientan y se evapora el azogue, quedando el oro en polvo.

Y por si fuera poco, nos dieron una muestra de cómo se lava el material cuando lo que queda no se puede sacar de las bayetas, así en una especie de cuenco, donde resultó cierto lo que dice el refrán: “No todo lo que brilla es oro” (vean el video).








Sin duda no pensé divertirme tanto en este viaje, y más que nada aprender en esta ciudad Patrimonio. Visitarla en un fin de semana es una gran idea para nuevas memorias.

jueves, 10 de mayo de 2018

Jaque Latte, ganar o perder pero siempre disfrutar


Cuando llegamos vimos a un grupo que tenía los ojos cerrados y uno de ellos iba guiando a los  demás. Y es que así es uno de los numerosos juegos de mesa que ofrece Jaque Latte, sí así como lo escuchan, Jaque Latte, no Jaque Mate, aunque depende del juego que ganes bien podrías decirlo.

Esta cafetería ofrece algo innovador, mientras te sirves algún piqueo o latte frío o caliente, puedes pedir un juego de mesa, por tan sólo $1 dólar por persona la hora de juego. Si no sabes cuál escoger ellos te pueden sugerir alguno como juegos divertidos, de medio pensar o juegos más estratégicos, y te explican cómo jugarlo. Entre los juegos más pedidos está “The walking dead the dice game”.

Nosotros jugamos dos juegos, uno de esos tiene que ver con hormigas y arañas, en donde si juegas bien tus movimientos las arañas se pueden comer a las hormigas y así hacer perder a tu enemigo, y créanme nos divertimos.

Otra cosa que llamó mi atención, fue la decoración en donde están colocados los cartones con los diversos juegos de mesa que se pueden jugar, al fondo también tienen un mini-billar (de lo más nice), un tiro al blanco, un mini-fubolín, entre otros que harán que regreses en el tiempo a tu infancia y quieras mover todas las palancas que hay.
Debo indicar que la atención que recibimos sobretodo del señor que nos explicó los juegos fue demasiado amable y nos hizo sentir muy a gusto. 
Él nos indicó que son los únicos con este concepto en Guayaquil, que antes estaban en el mal del sol, y que luego que fueron creciendo se trasladaron a donde están ahora en el C.C. Aventura Plaza, en el local 11; Atienden todos los días desde las 16:00, salvo los domingos que empiezan desde las 13:00.

Los juegos de mesa aportan innumerables beneficios a nuestra personalidad, como paciencia, lógica, estrategia, y si son en equipo, pues la capacidad de trabajar en compañía, y quizás la más importante aprender a aceptar la derrota y continuar con lo que venga en la vida.


































Así que no se queden con las ganas de hacer Jaque Latte, digo ¡Matte!



lunes, 30 de abril de 2018

Prepara, apunta y ¡Curso de Disparo!


El único fin que tuve era de realizar algo novedoso, y de verdad es que esto es más que novedoso, es excitante, alucinante y cansado, pero toda una hazaña que se convierte en una experiencia grandiosa.

El instructor del curso, es el campeón mundial Jr. (2008), Galo Moreira, quien se encuentra dentro del top 20 a nivel mundial, a simple vista notas que su condición física es excelente (ajá, ajá). Comienza dándote una explicación teórica de unos 30 minutos sobre las armas, cómo se la debe agarrar, cargar las municiones y halar el gatillo, además te señala la importancia de que sólo se usa el arma cuando él lo indica y jamás sacarla del campo de tiro.

Luego de la respectiva introducción, vas a la acción. Primero debes cargar las balas (se comienzan con 5), luego te hace levantar el arma, agarrarla (sin cargarla aún) y apuntar al blanco que en un principio son unos carteles de forma hexagonal, donde tu objetivo es darle al cuadrado del centro. Obviamente Galo va revisando con cada uno de los participantes del curso, para detectar y corregir la postura del cuerpo, el agarre de la pistola (el dedo siempre debe estar fuera del gatillo sino vas a disparar), entre otros puntos importantes.

En mi caso particular, era la tercera que estaba en espera para realizar el primer disparo. Confieso que no estaba nerviosa, al contrario, ya quería que llegara mi turno.

Aquí recalco, que es obligatorio llevar gafas, debido a que pueden caer esquirlas (de hecho me cayeron dos veces) ya sean de tus disparos o de tus compañeros. Y por supuesto te dan unos tapones para los oídos que ayudan en algo a disminuir el sonido, sobretodo porque llega un momento en que todos disparan al mismo tiempo.

Y la espera terminó, ¡Llegó mi turno!, mi forma de coger el arma no podía ser de la forma que enseñó debido al tamaño de mis manos, como son manos pequeñas, se me dificultaba poder llegar al gatillo, pero bueno, entonces… Llegó el momento y Galo me indicó que podía disparar.
¿Quieren saber que se siente? Así con exactitud no lo puedo describir, porque es muy rápido, pero sentí claramente el impacto al momento de halar el gatillo, con una ¡Fuerza bárbara! Que como que me empujó hacia atrás, además sentí el rebote del casquillo que cayó en mi brazo, y no se en cuantos metros por segundo la bala fue a dar al lado de mi objetivo.

La segunda vez que disparé, sentí casi exactamente lo mismo, sobre todo el rebote al momento que disparas realmente no dejé de sentirlo nunca. La diferencia que esta vez caché el ver la mira de atrás con la mira de adelante, ambas deben estar al mismo nivel, y uno debe disparar siempre al centro del objetivo. Este pequeño tip, te asegura sino dar en el blanco por lo menos dar lo más cerca que se pueda. (Da click en la imagen de abajo para ver el video).
Al final del entrenamiento, se realiza un ejercicio práctico en grupos o parejas, disparando objetivos de metal más pequeños y a una distancia de más de 5 metros. Y uno último que se realiza con una sola mano.

El curso de tiro, se lo puede realizar en el Club Rivera del Lago (Vía a la costa km 30 (pasando el peaje)), por ahora hay dos cursos:
  • Curso Inductivo: Si nunca has disparado y no tienes nada de experiencia, debes tomar obligatoriamente primero este curso con una duración de 4 horas, el cual servirá para poder avanzar al segundo. Su costo desde mayo es de $110. Luego del mismo, se tiene un mes de membresía como socio del Club, pudiendo ir a practicar sólo comprando el valor de las municiones, el cual está en $30 las 50 balas. 
  • Curso Intensivo: Es la segunda parte, su valor es de $180, y su duración es de 8 horas.

La experiencia vale totalmente la pena. Así que dejo por aquí una imagen tomada de su Instagram en donde agregué el celular para que no pierdan tiempo y se contacten en seguida.


¡Deben realizarlo en cuanto puedan!


domingo, 11 de marzo de 2018

Vive la felicidad volando en Parapente

Volar es uno de los sueños perseguidos por el ser humano desde el principio de los tiempos… Y aunque lo tengamos que hacer con ayuda de equipo adicional, puedo decir sin duda alguna que es una de las mejores experiencias que he vivido. Pero ¿Cómo les explico lo que sentí?

Es que suena trillado, pero nada que describa se compara a que lo vivas por ti mismo, y es que esta vez aproveché mi viaje para realizar Parapente.
Hay varios lugares donde se puede realizar, siendo uno de los más populares el pueblo de San Pedro, en este caso volamos desde el cerro Playa Bruja en la comuna de Libertador Bolívar (a unos 15 minutos antes de Montañita), el vuelo usualmente dura entre 12 a 15 minutos, vas acompañado del Instructor quien realiza todas las maniobras y uno sólo tiene que disfrutar; Tiene un costo de $35, que incluye las fotos que cada uno toma mientras vuela.

Cuando recién llegamos habían buenas condiciones de viento, que es lo que se necesita para volar, sin embargo con el paso del día bajo bastante, por lo que nos ofrecieron hacer parapente a motor, donde se recorre una mayor distancia en el mismo tiempo y se asciende a mayor altura.

Entonces llegó mi momento, (ya lo habían realizado mis hermanos), por lo que me sentía entusiasmada, el equipo incluye un chaleco, arnés, casco y unas orejeras protectoras contra el ruido del motor. Ya lista, me senté en el aparato que es como yo le decía: “Una bicicleta con alas”. Y en menos de 5 segundos, apenas y alcancé a que me dieran la cámara, despegamos.

Al principio en el estómago tenía esa sensación nerviosa, pero a diferencia de cuando hice Puenting, aquí no se me ocurrió ni siquiera cerrar los ojos. Y es que no hay nada más lindo que sentir el viento en tu rostro y empezar a ver todo desde arriba, como si pudieras tocar las nubes.

Intento buscar las palabras adecuadas para describir las emociones que sentía mientras volaba, pero como dije con anterioridad, nada se compara a que lo vivas por ti mismo. Ni siquiera quería tomar fotos, sólo me centraba en abrir bien mis ojos para poder apreciar cada momento del paisaje, sobre todo cuando pasaba por el perfil costanero y veía la playa.

Cuando virábamos en las curvas volvía a tener esa sensación en el estómago, y es que vas ahí adelante sentado aparentemente sin nada que te proteja, pero esos nervios pronto se disipaban, y vaya cómo disfrutaba estar ahí. ¡Los pájaros tienen tanta suerte!

Sentí que fueron más de 15 minutos, pero como todo lo bueno se acaba, llegó el momento de aterrizar. Si me daban nervios pues no quería zangolotearme, pero fue todo muy suave, apenas y sentí que la llanta tocó el suelo.  




Una experiencia de vida obligatoria, y no de esas que se hacen una vez en la vida, sino de esas que una vez que pruebas, quieres regresar!!!