Y que pasa cuando no es esa
etapa maravillosa, hermosa y radiante que te hacen creer que deben ser los 30.
Dicen que científicamente
está comprobada que existe la crisis de los 30 años, y concretamente surge
debido a la presión social que se ejerce sobre las personas para que cumplan
con ciertas metas monetarias, laborales, o incluso familiares (matrimonio,
hijos, etc) y que a esta edad se exige que estén completas, entonces se genera
el sentimiento de angustia y hasta miedo al comparar las expectativas de lo que
se quiso tener versus lo que se tiene o se ha logrado, y esto es algo normal en
todos nosotros, nos damos cuenta que vamos creciendo y que quizás tenemos o a
veces “debemos tener” más responsabilidades con cada año nuevo y entramos en
crisis que surgen en cualquier etapa de la vida, no precisamente por nuestros
ideales sino por los ideales que los demás dicen que debemos cumplir.
Estamos más que
condicionados a los esquemas que rigen la sociedad y se vuelve costumbre la
obligación de cumplir ciertas cosas cuando llegamos a determinadas edades, pero
como leí hace un tiempo por ahí, nadie te pregunta si ¿Eres feliz?, es decir: ¿Te hace feliz lo que has logrado y te
conlleva a tener paz contigo mismo? Si la respuesta es sí, ¡Wow! Entonces
agradece a la vida, y si la respuesta es no, que esperas para ser feliz y hacer
lo que necesitas para serlo.
A diario veo artículos que
nos dicen que a esta edad ya sabes lo que quieres, ya tienes estabilidad
laboral, sentimental o económica, ya no dependes de nadie, y así… ¡Como si de
eso dependiera la felicidad! Por lo que justamente hice este post para darnos
un respiro ante toda esa presión de la sociedad: ¿Y que si aún no tienes totalmente
claro lo que quieres en la vida?, ¿Y qué si aún no cumples todas las metas que
creías deberías tener?, ¿Y qué?..
Déjenme decirles que nuestra
vida, así como lo dice, es NUESTRA y cada uno de nosotros es diferente y eso no
es algo malo ni bueno, simplemente es algo normal. Debemos respetar siempre las
decisiones propias y romper con los paradigmas que la sociedad nos ha impuesto.
Es decir si te quieres casar, cásate, sino, no lo hagas, si quieres renunciar y
emprender algo, hazlo, si te sientes bien en tu trabajo continúa ahí, sino
busca uno nuevo que te satisfaga, si quieres viajar, viaja, si quieres aprender
algo nuevo hazlo, si quieres dormir entonces duerme. Es TU vida, y al final
nadie convivirá contigo más que Tu mismo, ni padres, ni hijos, ni amigos, todo en
esta vida es prestado, solo TÚ estarás contigo para siempre, así que aprende a
quererte a ti por sobretodo, porque si tú estás bien, puedes hacer sentir bien
a los demás también.
No voy a decir que “Los 30
son los nuevos 20”, ¡Bah! Los 30 son los 30 y punto. Tener unos años más o unos
menos no es mejor ni peor, sólo es diferente, y cada época debería ser especial
incluyendo sus cambios positivos y negativos.
Concentrarse en uno mismo y
lo más importante no compararse con los demás es esencial para vivir tranquilamente
no solo esta etapa sino todas las que vendrán.
Y pues ahora que cumplo 30,
estoy intentando ser feliz cada día, viviendo el presente y sin preocuparme por
los días venideros. Y recordar NO COMPARARME.
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