Los lugares que están llenos
de cultura e historia son uno de mis preferidos al momento de viajar, por lo
que no podía dejar de hacer así sea una corta visita a la capital de Estados
Unidos, sin embargo como iba sola, lo mejor fue contratar un tour.
El lugar está lleno de árboles de flor de cerezo que indican con sus colores rosado y blanco que se aproxima la primavera, y particularmente morí de amor por estos hermosos árboles que pensé que sólo encontraría en Japón. En el cementerio se encuentra la tumba del presidente John F. Kennedy, junto con su esposa y los hijos que fallecieron donde siempre está encendida la “llama eterna”, una flama que nunca se apaga. Otro de los puntos a visitar es la tumba al soldado desconocido, un monumento dedicado a los soldados estadounidenses que murieron y que sus restos no se pudieron identificar. También se encuentra el memorial de Iwo Jima, que es un tributo al Cuerpo de la Marina de los Estados Unidos.
La siguiente parada fue el National Mall, un gran parque nacional lleno de vegetación y jardines, aquí visitamos el Memorial de la Guerra de Korea, el Monumento de los Tres Soldados y el Memorial de la Guerra de Vietnam, y luego nos acercamos al majestuoso Monumento a Abraham Lincoln, luego de subir las escaleras y antes de entrar donde está el monumento, está grabada la frase “I have a dream”, ya que aquí Martin Luther King dio su famoso discurso al final de la Marcha por el Trabajo y la Libertad.
Debo decir que el monumento me pareció grandioso y me dejó sin palabras, confesaré que cuando estuve ahí me sentí tan pequeñita, e incluso me dejó tan perpleja que no escuché cuando el guía nos decía que nos íbamos, y cuando me di cuenta no estaba nadie del tour, ¡Me había perdido! busqué el bus que nos iba a ver al otro lado y no lo encontraba, hasta hablé con unos policías que por cierto no me ayudaron mucho, volví donde se parquean los buses y de tanto y tanto, vi a lo lejos el parasol que llevaba el guía, ¡Que emoción que sentí! La verdad siempre me suelen pasar estas cosas (despistada ¿yo?).
Luego
en el bus, mientras íbamos de camino a la Casa Blanca, pasamos por la Reserva
Federal; el Monumento a Washington, más conocido como El Obelisco y con
una altura de 10 metros aproximadamente, el cual también habíamos divisado a lo
lejos en el National Mall que es donde se encuentra; la sede de la OEA y la
Vicepresidencia.
La parada que seguía
era el Capitolio, este edificio que tiene una cúpula en el centro, alberga las
dos cámaras del Congreso de Estados Unidos. Del otro lado, se puede observar al
Obelisco y salen unas bonitas tomas de foto con el de fondo.
Nuevamente
en el bus, pasamos por el Teatro Ford (donde asesinaron a Lincoln), hasta que
llegamos a la última parada: el Museo Nacional del Aire y el Espacio, este es
el lugar donde se almuerza (hay un Mc donalds dentro del museo donde también se
puede comer platos de pollo asado con puré, choclo dulce, etc).
Por cierto conocí a una mexicana y a una peruana muy simpáticas, con quienes se hizo más ameno el tour.
Revisando en internet,
encontré a Civitatis, una empresa que ofrece varias excursiones y visitas guiadas
en español a muchos lugares turísticos del mundo, específicamente el tour a Washington
tuvo un costo de $135, (https://www.civitatis.com/nueva-york/excursion-washington?aid=100) que
puedes cancelar a través de la misma página por paypal, o incluso había quienes
cancelaron el mismo día al guía. Si estás cerca de Manhattan, te pasan
recogiendo, sino, el punto de encuentro es en el Hotel Pennsylvania a las 6:00
de la mañana.
La
primera parada fue en Arlington, específicamente en el Cementerio Nacional de
este lugar, en donde se encuentran enterrados los militares que pelearon en las
diversas guerras del país.
Monumento Iwo Jima |
El lugar está lleno de árboles de flor de cerezo que indican con sus colores rosado y blanco que se aproxima la primavera, y particularmente morí de amor por estos hermosos árboles que pensé que sólo encontraría en Japón. En el cementerio se encuentra la tumba del presidente John F. Kennedy, junto con su esposa y los hijos que fallecieron donde siempre está encendida la “llama eterna”, una flama que nunca se apaga. Otro de los puntos a visitar es la tumba al soldado desconocido, un monumento dedicado a los soldados estadounidenses que murieron y que sus restos no se pudieron identificar. También se encuentra el memorial de Iwo Jima, que es un tributo al Cuerpo de la Marina de los Estados Unidos.
La siguiente parada fue el National Mall, un gran parque nacional lleno de vegetación y jardines, aquí visitamos el Memorial de la Guerra de Korea, el Monumento de los Tres Soldados y el Memorial de la Guerra de Vietnam, y luego nos acercamos al majestuoso Monumento a Abraham Lincoln, luego de subir las escaleras y antes de entrar donde está el monumento, está grabada la frase “I have a dream”, ya que aquí Martin Luther King dio su famoso discurso al final de la Marcha por el Trabajo y la Libertad.
Debo decir que el monumento me pareció grandioso y me dejó sin palabras, confesaré que cuando estuve ahí me sentí tan pequeñita, e incluso me dejó tan perpleja que no escuché cuando el guía nos decía que nos íbamos, y cuando me di cuenta no estaba nadie del tour, ¡Me había perdido! busqué el bus que nos iba a ver al otro lado y no lo encontraba, hasta hablé con unos policías que por cierto no me ayudaron mucho, volví donde se parquean los buses y de tanto y tanto, vi a lo lejos el parasol que llevaba el guía, ¡Que emoción que sentí! La verdad siempre me suelen pasar estas cosas (despistada ¿yo?).
El bus nos dejó a unas
cuadras y avanzamos para la Casa Blanca, básicamente el lugar por el que quería
visitar Washington, sin embargo cuando llegué ahí, siento que quedó un poco
eclipsada con los otros lugares y monumentos que ya había visitado. En
apariencia no se ve tan grande incluso como se ve por afuera la Vicepresidencia,
pero el guía nos dijo que es una estructura inmensa por la parte de atrás y
hacia abajo, solo que su frente no refleja mucho eso. Afuera está lleno de
flores de colores amarillos y rojos, que embellecen el lugar, que por cierto no
estaba para nada lleno, al parecer con el nuevo cambio de gobierno, no hay
muchos visitantes.
Este museo es bastante grande,
cuenta con muchos lugares con exhibiciones, y una gran tienda de regalos. Una
de las cosas que más me gustó fue ver la pieza traída de la luna.
Por cierto conocí a una mexicana y a una peruana muy simpáticas, con quienes se hizo más ameno el tour.
Terminada la visita,
alrededor de las 18:30 partimos hacia Nueva York, y antes de llegar a
Manhattan, hicimos una cortísima parada en Hamilton Park, donde tienes una
vista nocturna maravillosa de la Ciudad que nunca duerme.
Llegamos alrededor de las
22:00 a Manhattan, y a mí me quedaba aún un largo camino a casa en Queens
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