La caña y el bambú son prioridad
en las instalaciones de este hotel ecológico que está ubicado en las colinas al frente
de Montañita.
Son hectáreas de terreno en
donde hay jardines, espacios como para hacer parrillada, y lo que más ansiaba
conocer la piscina con borde infinito… Siii… es decir no quiere decir que es
interminable, sino que puedes apreciar una vista maravillosa de todo el pueblo
de Montañita y su deliciosa playa.
Hay diferentes habitaciones,
desde suites hasta bungalows, la verdad son lugares muy tranquilos para
desconectar un poco del mundo. Y si no quieres estar tan desconectado es
perfecto para ir en la noche a la discoteca de Nativa, donde tienes un cóctel
de cortesía.
Al principio (si no vas en carro) pareciera que las distancias son muy lejanas. Definitivamente no me veía caminando hacia donde estaba la piscina. Sin embargo tienen caminos como atajos que te permiten desde donde estas acceder más rápido al comedor, o a la entrada frente a Montañita.
Me llamó mucho la atención
que es un hotel “Pet Friendly”, es decir que puedes llevar a tu masco-hijo.
Los precios bordean los $70
por persona por noche. Incluyen el desayuno. Y puedes entregar la habitación y
quedarte disfrutando hasta cuando gustes de la piscina y el bar de ahí (Aquí
hay una ducha donde puedes bañarte y cambiarte).
Es muy fácil llegar sino tienes auto, desde
Guayaquil se puede tomar el bus de la Empresa CLP, directo a Montañita; o desde
Santa Elena se puede tomar bus CITUP o Manglaralto.
Aún están mejorando ciertos lugares del Ecolodge, pero vale la pena hacerse un viajecito y hospedarse aquí un fin de semana.
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